jueves, 29 de mayo de 2008

VELADA DE SOLIDARIDAD

A TODO EL PUEBLO DEL CUSCO

Invitamos a todos los cusqueños de origen y de destino a la velada pacÍfica en solidaridad con el tradicional “Café Ayllu”
El Ayllu, en nuestro idioma madre, significa precisamente, familia.Seamos solidarios con esta nuestra familia grande que es el Cusco. No dejemos que las leyes de oferta y demanda acaben con una institución en el Cusco, el único lugar donde los cusqueños podemos sentirnos tales y disfrutar de un buen momento, para poner en su lugar una despersonalizada franquicia de café estadounidense.

Los invitamos a dejar su testimonio de cómo el Café Ayllu ha sido parte de su vida en este Blog.
http://salvemosalcafeayllu.blogspot.com/

Así mismo los invitamos a participar en la

VELADA DE SOLIDARIDAD con el Café Ayllu
El día viernes 6 de Junio del 2008 a las 7 p.m en la Puerta del café.
Traigan velas, pancartas, arte.


POR FAVOR PASEN LA VOZ, REENVIEN ESTE MAIL

7 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Pericles, Cecilia, Talia, Piero, Andre, y toda su familia:
Les escribo desde Estados Unidos, para hacerles llegar mi PROTESTA. No es posible que el Arzobispado del Cusco quiera cerra el Ayllu. El local de ustedes es nuestro local de encuentro, de los artistas, musicos, etc. Es el local de las familias cusqueñas. Hago muchos votos para el que el Arzobispado de marcha atras, y no nos quiten ese invalorable espacio tradicional.

Un abrazo

Flor Canelo

Unknown dijo...

El café Ayllu ha marcado mi niñez y mi vida en general. Es un lugar que siempre extraño cuando estoy lejos y que de vez en cuando me provoca antojos de una leche asada o de su delicioso ponche. No hay lugar igual a ese en ningún sitio... al menos así lo he experimentado yo.
Ojalá la fuerza que mando desde aqui en Lima sirva de algo para que no desaparezca un lugar tan tradicional y emblemático del Cusco.
Apoyen todos!!!!
Cecilia Pinto

Anix dijo...

El “Ayllu” se va…
¿y Starbucks no aprende?

Luis Nieto Degregori

Primero fueron los alarmantes rumores: ¡cierra el “Ayllu”!, ¡problemas con el local! Después la confirmación de la noticia en uno que otro periódico de Lima, pero todavía de manera aislada. En estos momentos, una ola de preocupación que ha saltado a todos los medios, incluida la televisión nacional, y que se ha traducido en una campaña por Internet para que el Arzobispado del Cusco, propietario del local, revoque su decisión de rescindir contrato a este tradicional café. ¿Por qué tanta gente, no solo de Cusco, lamenta el cierre del “Ayllu?

En este mundo globalizado, postmoderno, se conoce como ciudades genéricas a aquellas que cada vez se parecen más unas a otras. Tienen aeropuertos en lo sustancial parecidos, centros comerciales calcados de un lugar a otro y que encima ofrecen las mismas marcas, multicines que pasan solo películas de Hollywood, los mismos edificios de autocad por todas partes y las famosas franquicias en las plazas y avenidas más céntricas: macdonalds, pizzas hut, kentuckys y, más recientemente, cafés starbucks. Se trata de ciudades que han perdido sus señas de identidad, su ambiente peculiar, los pequeños detalles que podrían distinguirlas como un mercado, una vieja estación de ferrocarril, una botica que todavía conserva estantes de otro siglo y enormes frascos de vidrio, etc., etc. En lugar de eso, están orgullosas de ser como cualquier otra ciudad, tan semejantes a otras que uno podría intercambiarlas de lugar en el mapa y no pasaría absolutamente nada.
En el otro extremo, están las ciudades históricas, esas que a lo largo de los siglos se fueron labrando un rostro propio, irrepetible, y que por lo mismo valoran cada una de sus edificaciones y también la cultura viva que se desarrolla en torno a ellas. Son ciudades que, debido a sus valores arquitectónicos, han pasado a ser consideradas patrimonio de toda la humanidad, lo que no significa otra cosa que el deber de velar por su conservación.
El Cusco, que duda cabe, pertenece a esta categoría de ciudades y, por lo mismo, merece un tratamiento especial de sus autoridades, pobladores y de los empresarios que quieran invertir en él. Sin embargo, además de los peligros que a menudo atentan contra su monumentalidad y que de sobra conocemos como la demolición de sus antiguas casonas para dar paso a deslucidas construcciones de vidrio y cemento, existe otro que socava lenta pero persistentemente la esencia de la ciudad. ¿A qué nos estamos refiriendo?
Los pasos agigantados con los que caminamos hacia un nuevo orden mundial, que sociólogos como el español Vicente Verdú llaman “capitalismo de ficción” pues está regido cada vez más por el poderío de las industrias del entretenimiento y el enseñoramiento de la realidad virtual, han traído una amenaza insospechada a las ciudades históricas: el que estas terminen convertidas en una especie de enorme parque de atracciones o de estudio de cine que existe solo en función del turista.
El primer síntoma de este proceso, que se presenta ya en el Cusco de manera irrefrenable, es que las ciudades históricas dejan de ser un lugar de residencia de sus vecinos, quienes dejan sus antiguas viviendas a hoteles, restaurantes, agencias de viajes, tiendas de artesanías, museos, todo de un lujo que resulta prohibitivo para la población local. El siguiente paso, para completar el paquete turístico, es que la ciudad ofrezca los mismos servicios a los que el turista está acostumbrado en casa. Es así como por doquier, hasta en los lugares más emblemáticos, proliferan los macdonalds, señal inequívoca de que la antigua urbe histórica forma parte del mundo postmoderno del capitalismo de ficción. Como dice Verdú refiriéndose a este proceso y a las marcas que con su avanzadilla, se trata de “una marea poderosa que derrama múltiples puntos de vista contaminantes y a partir de los cuales la ciudad, antes o después, trastorna su aspecto para atender a las visitas.”

David contra Goliat

El “Ayllu” es un café que abrió sus puertas hace ya casi cuarenta años a un costado de la catedral. Con una decoración que se reduce a dos enormes lienzos de un artista cusqueño y un mobiliario franciscano que no se diferencia en nada del de otros restaurantes o cafés de cualquier barrio de la ciudad, este café conquistó el paladar de los cusqueños con su pan con nata en el desayuno y sus sándwiches y pasteles, estos últimos horneados con una receta guardada bajo siete llaves por la propietaria, la señora Zoila Paz de Beltrán. Son pasteles, sobre todo la famosa “lengua de suegra” que han querido ser imitados por otros establecimientos, pero sin éxito.
Otros detalles no menos importantes completan el éxito de este local, como un personal que se ha mantenido estable a lo largo de décadas, precios que están al alcance del bolsillo de la clientela del lugar y la música clásica con que los propietarios regalan los oídos de los parroquianos. Fue así como poco a poco este café pasó a ser parte de numerosos rituales de la población cusqueña, como un desayuno después de la misa dominical o de la ceremonia de izamiento de la bandera o un lonche para celebrar algún acontecimiento familiar. Todo esto, sumado a una ubicación estratégica que domina la plaza, hizo que también los viajeros se encariñaran con el “Ayllu” al punto que un desayuno en este café pasó a formar parte obligatoria de una visita al Cusco.
El inminente cierre del “Ayllu”, que ha tenido que recurrir a un juicio para alargar su agonía, se debe a que el Arzobispado del Cusco ha recibido una oferta al parecer muy jugosa de una empresa del mismo rubro, pero con gran cantidad de dolarillos en el banco. Se trataría al parecer de la cadena norteamericana Starbucks, que ya metió la pata una vez abriendo un local en plena Ciudad Prohibida de Pekín, con lo que desató una ola de protestas de sus clientes en todo el mundo. Esta historia, que se prolongó siete años, terminó en setiembre del 2007 con el cierre del establecimiento y su reemplazo por un salón de té chino más apropiado para el conjunto de museos en que se ha convertido la antigua residencia de los emperadores del gran imperio oriental.
¡Difícil juzgar al Arzobispado por la decisión que ha tomado! ¡Difícil en general juzgar a cualquier propietario que quiera recibir mayores rentas de un bien! Pero sí se puede hacerle saber a Starbucks o cualquier otra franquicia que no serán bienvenidos en ese rincón donde late el Cusco irrepetible, ese que debemos conversar para que la ciudad mantenga su esencia y no se convierta en Incalandia.

lionel morante dijo...

Pues parece q solo depende de nosotros que no cierren tan memorable sitio, y ahora donde iremos por nuestros ponches que queman con su sabor de leche y almendra nuestros labios como el sol cusqueño en pleno mes de junio, ese pan con nata que nos recuerda que aun somos niños, la leche asada todo un icono en nuestro paladar, tales delicias solo podemos probarla en familia como en el Cafe Ayllu

lionel morante dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
José Luis Cahuantico Salas dijo...

Hola, escribo desde Huancayo, donde curiosamente un grupo de profesionales cusqueños hemos recalado por motivos laborales, aqui nuestras tertulias sobre Cusco, no dejan sino comentar el drama que para nosotros resulta el cierre de tan emblemático lugar. Ojala podamos hacer algo al respecto, tiene por tanto nuestra solidaridad. Cordialmente.

Sein Rivera Oliva
Pedro Fernando Escalante Ampuero
José Luis Cahuantico Salas
Yamill Barrionuevo Inca Roca

Karina Pacheco dijo...

Hoy 22 de agosto de 2008, acabo de leer que es inminente el desalojo de nuestro querido café El Ayllu. Mi más enérgica crítica al Arzobispado del Cusco, dueño de innumerables propiedades en el centro histórico y que se arroga la representación de la feligresía cusqueña. Es asombroso ver que, pese a toda la campaña de cusqueños y cusqueñistas a favor de "nuestro" Ayllu, no se haya detenido a mantener el contrato con quienes desde hace casi cuarenta años han sido sus inquilinos, en las buenas, en las malas y malísimas, como hace veinte años cuando la crisis económica y política golpeaba duramente al país y muy pocos turistas, generalmente mochileros, eran quienes se atrevían a venir al Cusco y al Perú. ¡Qué vengan a decir ahora que viven al margen del lucro! Hace un par de años despidieron sin más a numerosos obreros que llevaban trabajando largo tiempo en las obras de la Catedral; han retirado del boleto turístico cusqueño los templos y museos religiosos para percibir esos ingresos solos; ahora quitan la posibilidad a los cusqueños de tener un lugar en la Plaza donde acudir a tomar un café "sintiéndose en casa", y así desaparecen un café también histórico en nuestra ciudad.

Mi solidaridad hacia los propietarios y trabajadores de El Ayllu, y mi agradecimiento por las innumerables veces que con su atención y sus pasteles, ponches y desayunos con nata me han hecho sentir siempre en casa.

Karina Pacheco Medrano